Jun 10, 2010

Punto y coma.

Llegó a casa, cansado de trabajar y no dijo nada. Abrió la heladera, no había más que un quesocrema de dudosa vigencia, el pan estaba demasiado verde para tostar, pero por suerte había galletitas de agua. Se sentó al ver las noticias mientras engañaba literalmente a su estómago. Y continuó sin decir nada. Ignoraba todo, su mujer, sus hijos, su perro. Ni siquiera seguía la tele, ya que hace diez minutos se había cortado el cable y ni se enteró. El sonido de su mandíbula masticando combinado con el ruido de la tele sin sintonizar era demasiado molesto y triste.

Apartó el plato, cerró el queso, lo guardó y apagó la tele. Se levantó y se dirigió directo a la cama, le pareció escuchar que su mujer le pedía algo, sin embargo completó su camino, ignorándola.

Enfermera: ¿Y ese hombre qué tiene?

Médico: Él es juan, tuvo un accidente cerebro vascular en un acto muy simple como dirigirse a la cama. Hace siete meses está en coma, y todos los días lo acompañan su mujer y sus hijos, esperando que despierte.