Jan 18, 2008

Telaraña de cabeza.

Más que hisopo se necesita un plumero. En un hotel de ochocientos cuartos sólo se usan veinte y del resto, no hay lugar. Completos pero sin ventilar, qué será de los que estarían ahí dentro. Seguramente, los mismos pasan y pasan por una de las veinte habitaciones usables, sin saber o talvez sospechando en mínimo dejavú (falla del sistema en una matrix) que de hecho ya están en los cuartos completos, se multiplican sin saberlo, miles de clones conviviendo en espacio manteniendo la inocencia del desconocimiento. ¿No decía Ermmett que no te podés cruzar con tu mismo yo del futuro o del pasado? ¿Será esa la respuesta, el por qué de la repetición de un yo sin pisarse con el mismo yo que ya está ahí? Puede ser. Entonces, es cuando se cruzan que algo anda mal, esas serían nuestras locuras, nuestros puzzles mentales, nuestros miedos, prejuicios, frustraciones, inconformidades, envidia, paranoias. Y ya cuando éstos no sólo se cruzan sino ya conviven definitivamente y eso hace que los de afuera nos declaren certeramente locos, o sea cuando ya no podemos caretear su convivencia, y claro es algo que no se puede mostrar porque te condenan.

Cada uno tiene su hotel donde lo tiene, la playa, la montaña, la ciudad, lo que sea. Talvez es como el horóscopo, o se deriva de él cómo todo en el mundo si es que creés en eso, you have to believe in something, como tener la luna en bla o ser de tal animal, tenés el hotel en la playa o en la montaña o en la luna para el rusito que ya la puede visitar. De ahí se puede derivar quiénes se relacionan con quiénes, claro, según dónde tienen su hotel y según a dónde se piran de vacaciones. Uno puede tener el hotel en playa pero no se va a ir también a playa, va a montaña, se complementan o no, pero uno es playa gesell y el otro es playa balcaria.

Gente de limpieza no hay mucha, eso demuestra nuestra autoeconomía, nuestro pijoteo interno, porque talvez para afuera somos dandys y billetera floja, pero puertas dentro no sé. Es que si de 800 usamos 20 con una sóla mucama ya está, y viene dos veces por semana y en ocasiones especiales. Pocos son de cama adentro, un psicólogo o una pastilla. Obvio que también hay autosuficiencias, qué mucama ni mucama si traen más problemas, ¿Sucio? Yo no estoy sucio, los sucios estás en el sucicomio, iluso.

Y el dueño no está, nunca estuvo y no se sabe quién es quién.

Jan 8, 2008

Inspiración nula.

Él se levantó tarde. Desesperado, anonadado, no sabía para dónde disparar. ¿Por qué nadie lo había esperado? Ninguna nota, no había pistas ni rastro. ¿Y dónde podrían estar? ¿Qué se yo? Y menos él. Acostumbrado estaba a no saber dónde dormía, de lado a lado pasaba los días.
No era un gran problema igual, si no le importaba en realidad nada que venga de los demás. Siempre había hecho lo que quiso o al menos eso creía. Nunca le gustó recibir órdenes, "para qué" se preguntaba si su destino iba a ser el mismo. Pero cómo le gustaba la vida, siempre descubriendo algo nuevo, todo le gustaba. Mientras el rezongeo era constante el hacía sordos en sus oídos y sonrisa de whisky, sin haberse puesto alcohol ni en una herida. Para qué se iba a quejar si eso abunda en todos lados, preferible hacer algo distinto. Cómo son las cosas que rara la vez que rebalsaba alegría en la fiesta él se deprimía y afuera se escondía.
Pese a la regla, la luz no era su musa. Le temía tanto que eso habría sido su razón de ser, la causa de su personalidad arbitrariamente jodida para el ojo de bife. Tampoco le gustaba hacer ruido donde rondaba la escasez de volumen. Menos le gustaba joder a la gente, hacerles la vida imposible, todo para qué, si tarde o temprano iba a dejar de ser, por eso valoraba tanto las pequeñas cosas, la comida olvidada, los grandes desafíos como salir solo solo de un vaso de agua, disfrutar de una noche acalorada escondido en la oscuridad. Se penetraba en la misma, disfrutando de no ver nada, hasta ver blanco y llenarlo con las imágenes del menú del día. Cuántos colores salen del negro y el blanco y luego dicen que esos no son colores.
Lástima que nació mudo. No faltó el día en que pensó qué habría dicho si hablara. Aunque a fin de cuentas es seguro que habría dicho algo de lo que pensaba, pero no se dio cuenta de eso y por eso su frustración.
Tantas cosas en una cabeza chiquita, se hace raro que poco tamaño expanda infinitos universos de incomprensión, paradoja dijo don dojo a su esposa.
Es así que todo esto pasó por su razonamiento en el momento que lejos de ver sólo negro, admiraba un cuadro de Banghó inspirado en su miserable vida para el amable entendimiento popular y otros también. Tambaleando entre la ráfaga de humo, viendo sólo dentro de su cabeza, golpeándose de pared a pared más que un flipper en triple shot, iba llegando hasta una luz que él ya no la veía real, ya veía el destino escrito que aseguró que hoy o ayer le iba a llegar.
Salió rebotando, haciendo sapito en el piso. Ya agonizando, hasta que para que no se escapen las incertidumbres le llegó el toque de queda. Encima se le vino la red plástica, y eso fue literal, hasta ahí llegó su vida para luego ser pateado a un costado. Libre quedó sin veneno que lo fulmine.